A Osasuna no le cuadran las
cuentas. Bueno, cuadrar le cuadran, pero le cuadran mal. Tiene deudas. ¡Pobre
Osasuna! ¡Ya no significa salud! Está enfermo y no puede comprar los
medicamentos que necesita. No hay dinero. No le llega ni con el copago.
La situación es desesperada, pero
Osasuna confía en Hacienda, en el Gobierno, en el Parlamento, en que tengan
consideración, que han sido bienintencionados pero con mala suerte, que, si no
les ayudan, se van a meter en el fondo de un pozo muy negro que desciende y
desciende hasta no se sabe dónde.
Piensa Osasuna que, si salvaron a los
bancos, ¿por qué no van a poder rescatar a un club de fútbol que es insignia y
bandera de la comunidad foral, del antiguo reino? Ahí, en lo más alto, se han
codeado con los mejores, nos han representado hasta el agotamiento con jugadores europeos,
americanos, asiáticos, africanos, españoles, y hasta navarros, que también se
batieron el cuero.
Claro que, como se acostumbra y es normal,
no todo pasa por la unanimidad. Quien escribe ha oído que, ya que buscan que
paguemos todos, si antes nos lo plantearán en referéndum, o por lo menos en
consulta popular. Sabe, porque se lo dicen, que hay muchos ciudadanos a los que
el fútbol no les mola, a otros que se las trae pendulona, y a unos cuantos que,
de escotar, pasan. Llegan incluso a empecinarse en que, si al final se escota,
que paseen el equipo por los pueblos, no siempre en Pamplona.
En Peralta, por ejemplo, el equipo no
es el Osasuna, sino el Azkoyen, y un empleado municipal se ha encontrado por
casualidad un documento del 27 de marzo
de 1929 en el que el presidente de la
Sociedad Deportiva ”Azkoyen” se
dirige al M.I. Ayuntamiento
Constitucional de esta villa:
Este club en su deseo de
facilitar al público peraltés ratos de verdadero entretenimiento y que tanto
entusiasmo han despertado en esta villa los festejos deportivos consistentes en
la celebración de grandes partidos de foot-ball ha organizado para el próximo domingo
día 31 un sensacional partido entre los equipos Osasuna de Pamplona y Azkoyen
de esta localidad, y como para esos festivales son muchos los gastos que se
ocasionan al Club…, invita a esa Ilustre Corporación al partido y se conceda
una subvención a este Club. Y así de esa forma podrá organizar frecuentemente
diversos actos deportivos que con tanto entusiasmo admira el vecindario en
general…
O sea, que Navarra no aparece por
ningún lado. El Azkoyen pide a su Ayuntamiento dinero para los gastos, no al de
Pamplona, ni al Gobierno, ni al Parlamento. Sé que en esta localidad viven
muchos vecinos respetuosos con las tradiciones y que piensan que los de Osasuna
le pidan al de Pamplona, que ya vale, que aquí no tenemos ni rayos X por si
algún jugador se fractura algo. A éstos se suman quienes se cabrean porque
argumentan que no son tiempos, que en las crisis se impone priorizar los
gastos. Concluyen que, si se mete dinero en Osasuna, ¿en qué se lo quitan a
ellos? Hasta he oído por no ser sordo que la Volkswagen también nos representa,
que el circo corría de cuenta de los emperadores y un vecino entrado en años se
acordaba de un periódico que escribió ¡Rojos,
no! ¡Rojillos, sí!
Por la parte que me toca, lo tengo
duro. Una cosa son las convicciones y otra el entorno familiar en el que uno se
mueve día a día. Y en éste, resulta que mi hermano es del Madrid; un primo, del
Athletic; un amigo, de la Real Sociedad y del Manchester United; a mi padre le
gustaba el Barça; el bar al que más voy es la sede oficiosa del Madrid, y mis
cuñados son del Barça. No lo tengo nada fácil, no señor.
Lo que quiero es que, por ejemplo, los
parlamentarios, es decir, nuestros representantes para hacer leyes, me den
argumentos para defenderme en las conversaciones de bar y no pasar por patán ni
por bocazas. Que me expliquen a lo claro las razones económicas, deportivas, de
espectáculo, culturales o políticas que les han movido a determinar la ayuda
que han prestado al club. Que me expliquen también los fundamentos éticos,
sociales y filosóficos en los que se han basado. Si quieren, pueden establecer
comparaciones con las hipotecas, con el teatro, con el cine, con lo que
quieran, hasta con el populismo de Podemos,
pero a nivel que pueda entenderlo gente como yo, de los que vivimos en pueblos.
Como sé que uno u otro me atenderá,
espero confiado la respuesta. No hace falta que se den prisa, pero cuanto antes
me convenzan antes volveré al bar con confianza.
Si ahora le sumamos a todo lo anterior
lo de Archanco, Peralta, Vizcay y todo ese lío de compra de partidos y fugas de
dinero, me encuentro en un fuera de juego de campeonato. Añadiendo la
clasificación de Osasuna en la tabla, el conjunto da auténtica pena, y ya no sé
si reír o llorar. Creo que voy a empezar por soñar con mis ídolos infantiles,
con Bolita, Velocidades… Por lo
menos, dormiré feliz.
Juan Manuel Campo
Vidondo