miércoles, 25 de marzo de 2015

La marca España

A finales de este verano, leí en un periódico regional que el cuarenta por ciento de la riqueza económica de este país llamado España se basaba en cuatro actividades: bares, tiendas, talleres y hoteles. ¿Esto es, pues, lo que nos caracteriza? ¿La marca España?
        En sustancia, viene a decirse que los bares resultan porque en ellos se desarrollan actividades placenteras como beber y  hablar; en las tiendas se puede satisfacer esa ansiedad inoculada desde pequeños que se cura comprando casi todo lo que nos permite el bolsillo, aunque no haga falta porque ya se tiene; en los talleres se reparan y ponen a punto nuestros instrumentos de transporte y ocio, lo que nos permite gozar de nuestro tiempo sin depender de los demás, que no es plan; en los hoteles nos tomamos nuestras más que merecidas vacaciones, trabajemos o no.
        Las cuatro presentan el común denominador de que  disponen de paisanaje que nos sirve, que están a nuestra disposición si podemos pagarlo, que nos atienden con amabilidad y cortesía, como nos merecemos. Que no hagamos nada productivo porque creemos que ya hemos contribuido a la generación de riqueza es otro problema. Que tan solo un quince por ciento se dedique a los trabajos industriales, a los que suponen incremento de valor, es harina de otro costal
        Imagino que esos servidores nos miran con otra cara. Ellos sí están trabajando y, claro, se cansan porque es lo que tiene el trabajo. Y seguro que se hastían de nuestras órdenes y exigencias, de nuestra impertinencia y mala educación, pensando con razón que no todo es tener dinero para pagar:
-      ¡Camarera, la cama está mal hecha!
-      ¿No tienes otra cosa de camisas? Es que éstas son un poco tiernas.
-      A ver, tú, pon una tónica con ginebra bien tirada.

        Muchas horas, poco sueldo... ¡Qué se le va a hacer! Pintan bastos. Seguro que a los dueños les pinta otro palo, pero a callar, que en boca cerrada no entran moscas.
                                


                         Juan Manuel Campo Vidondo
                   





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