lunes, 4 de mayo de 2015

Osasuna de Pamplona

        A Osasuna no le cuadran las cuentas. Bueno, cuadrar le cuadran, pero le cuadran mal. Tiene deudas. ¡Pobre Osasuna! ¡Ya no significa salud! Está enfermo y no puede comprar los medicamentos que necesita. No hay dinero. No le llega ni con el copago.
        La situación es desesperada, pero Osasuna confía en Hacienda, en el Gobierno, en el Parlamento, en que tengan consideración, que han sido bienintencionados pero con mala suerte, que, si no les ayudan, se van a meter en el fondo de un pozo muy negro que desciende y desciende hasta no se sabe dónde.
        Piensa Osasuna que, si salvaron a los bancos, ¿por qué no van a poder rescatar a un club de fútbol que es insignia y bandera de la comunidad foral, del antiguo reino? Ahí, en lo más alto, se han codeado con los mejores, nos han representado hasta  el agotamiento con jugadores europeos, americanos, asiáticos, africanos, españoles, y hasta navarros, que también se batieron el cuero.
        Claro que, como se acostumbra y es normal, no todo pasa por la unanimidad. Quien escribe ha oído que, ya que buscan que paguemos todos, si antes nos lo plantearán en referéndum, o por lo menos en consulta popular. Sabe, porque se lo dicen, que hay muchos ciudadanos a los que el fútbol no les mola, a otros que se las trae pendulona, y a unos cuantos que, de escotar, pasan. Llegan incluso a empecinarse en que, si al final se escota, que paseen el equipo por los pueblos, no siempre en Pamplona.
        En Peralta, por ejemplo, el equipo no es el Osasuna, sino el Azkoyen, y un empleado municipal se ha encontrado por casualidad un documento del  27 de marzo de 1929 en el que el presidente de la Sociedad Deportiva ”Azkoyen”  se dirige al M.I. Ayuntamiento Constitucional de esta villa:
        Este club en su deseo de facilitar al público peraltés ratos de verdadero entretenimiento y que tanto entusiasmo han despertado en esta villa los festejos deportivos consistentes en la celebración de grandes partidos de foot-ball ha organizado para el próximo domingo día 31 un sensacional partido entre los equipos Osasuna de Pamplona y Azkoyen de esta localidad, y como para esos festivales son muchos los gastos que se ocasionan al Club…, invita a esa Ilustre Corporación al partido y se conceda una subvención a este Club. Y así de esa forma podrá organizar frecuentemente diversos actos deportivos que con tanto entusiasmo admira el vecindario en general…
        O sea, que Navarra no aparece por ningún lado. El Azkoyen pide a su Ayuntamiento dinero para los gastos, no al de Pamplona, ni al Gobierno, ni al Parlamento. Sé que en esta localidad viven muchos vecinos respetuosos con las tradiciones y que piensan que los de Osasuna le pidan al de Pamplona, que ya vale, que aquí no tenemos ni rayos X por si algún jugador se fractura algo. A éstos se suman quienes se cabrean porque argumentan que no son tiempos, que en las crisis se impone priorizar los gastos. Concluyen que, si se mete dinero en Osasuna, ¿en qué se lo quitan a ellos? Hasta he oído por no ser sordo que la Volkswagen también nos representa, que el circo corría de cuenta de los emperadores y un vecino entrado en años se acordaba de un periódico que escribió ¡Rojos, no! ¡Rojillos, sí!
        Por la parte que me toca, lo tengo duro. Una cosa son las convicciones y otra el entorno familiar en el que uno se mueve día a día. Y en éste, resulta que mi hermano es del Madrid; un primo, del Athletic; un amigo, de la Real Sociedad y del Manchester United; a mi padre le gustaba el Barça; el bar al que más voy es la sede oficiosa del Madrid, y mis cuñados son del Barça. No lo tengo nada fácil, no señor.
        Lo que quiero es que, por ejemplo, los parlamentarios, es decir, nuestros representantes para hacer leyes, me den argumentos para defenderme en las conversaciones de bar y no pasar por patán ni por bocazas. Que me expliquen a lo claro las razones económicas, deportivas, de espectáculo, culturales o políticas que les han movido a determinar la ayuda que han prestado al club. Que me expliquen también los fundamentos éticos, sociales y filosóficos en los que se han basado. Si quieren, pueden establecer comparaciones con las hipotecas, con el teatro, con el cine, con lo que quieran, hasta con el populismo de Podemos, pero a nivel que pueda entenderlo gente como yo, de los que vivimos en pueblos.
        Como sé que uno u otro me atenderá, espero confiado la respuesta. No hace falta que se den prisa, pero cuanto antes me convenzan antes volveré al bar con confianza.
         Si ahora le sumamos a todo lo anterior lo de Archanco, Peralta, Vizcay y todo ese lío de compra de partidos y fugas de dinero, me encuentro en un fuera de juego de campeonato. Añadiendo la clasificación de Osasuna en la tabla, el conjunto da auténtica pena, y ya no sé si reír o llorar. Creo que voy a empezar por soñar con mis ídolos infantiles, con Bolita, Velocidades… Por lo menos, dormiré feliz.

                              Juan Manuel Campo Vidondo

        

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