Te has ido, amigo. ¿Cuántos vais ya? Estoy
perdiendo la cuenta. Un vacío más que sumar. Se terminó. No hay más. Sin prórroga. Final del partido.
No te han dejado hacer pactos. Más bien
te han pillado de sorpresa, casi a traición. No te lo esperabas ni harto de
vino. Ni yo tampoco. No pasaba de ser una revisión rutinaria, poca cosa, pero
mira por donde ha resultado que no, que no había más, que era la última.
Es ley de vida y de muerte que los
recuerdos se irán desdibujando y
terminarán por desaparecer. A mi pesar, cuando vaya al cine me sentaré en la
misma butaca, me comeré las chuches que me traías en bolsas de plástico, y te
daré mi opinión sobre la película, me la pidas o no. ¡Quién sabe si te hará
falta para convencer a algún cabezón de los que te juntes ahora!
Me da pena no verte más. Ya no jugaremos a las
cartas ni me contarás aquellos chistes tan malos, ni me dirás que en tu tele
dicen cosas distintas que en la mía, ni me adjetivarás de malasombra ni de
chulico. Se acabaron las historietas de los problemas que dan los hijos, de lo
malas y buenas que son las mujeres, de lo poco que nos dan de pensión, de todos
los huesos habidos y por haber, del dichoso líquido en la tripa, de lo gracioso
que eras de joven y de lo resultón que habías salido.
No habrá paseos por el monte ni por el
campo. No me invitarás más veces, ni yo a ti. Cada uno para su sí, a seguir su
camino, el que le ha tocado. Adiós, compañero, que te vaya bien.
Juan Manuel
No hay comentarios:
Publicar un comentario